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La enfermedad cerebrovascular o ictus es la causa más frecuente de
hospitalización neurológica y la causa más importante de invalidez o
discapacidad severa a largo plazo en el adulto y la 2ª causa de
demencia. El 45% de los pacientes que sobreviven a un ictus quedará
con una dependencia funcional para las actividades básicas diarias,
relevante si se tiene en cuenta que el 25% de los ictus afecta a
personas en situación laboral. Por todo ello, la patología
cerebrovascular consume hasta el 4% del gasto sanitario.
En las últimas décadas, la progresión de los conocimientos neurológicos
ha sido exponencial, especialmente en el diagnóstico y
tratamiento en fase aguda del ictus, que se fundamenta en 4 pilares: la
recanalización precoz, los cuidados generales, el tratamiento
neuroprotector y el tratamiento de las complicaciones.
El ictus es una emergencia debido a que los mecanismos lesionales que
desencadena progresan muy rápido y es corto el período durante el que
los tratamientos en fase aguda pueden tener eficacia. Esto genera la
necesidad de que todos los pacientes con sospecha de ictus isquémico
sean evaluados de inmediato para poder recibir el tratamiento idóneo.
De ahí la utilidad de la implantación del llamado «código ictus» que
hace referencia al procedimiento de actuación prehospitalaria basado
en el reconocimiento precoz de los signos y síntomas de un ictus, con la
consiguiente priorización de cuidados y traslado inmediato a un hospital,
de aquellos pacientes candidatos a bene?ciarse de una terapia de
reperfusión.
Este libro también expone las ventajas de la "telemedicina" que mejora
globalmente el grado de discapacidad, acorta la estancia hospitalaria y
la necesidad de cuidados institucionales tras el alta; siendo doblemente
coste en pacientes porque suprimen traslados innecesarios o permiten
que se hagan diferidos.