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Ninguna de las áreas de la medicina ha experimentado durante las últimas cuatro décadas tantos y tan importantes avances técnicos como el diagnóstico ecográfico. Con la introducción y el desarrollo la ecografía tridimensional durante los últimos 20 años, hemos llegado a la cima del diagnóstico no invasivo.
La evolución desde la ecografía 2D a 3D ha incorporado una gran variedad de nuevas opciones para almacenar y procesar las imágenes así como para representar las estructuras anatómicas. Esta tecnología ha concedido a la ecografía competencias que hasta ahora solo tenían la tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear.
La visualización tridimensional simultánea de los órganos y sus vasos, tanto en el feto como en los tumores, quizá conforme en el futuro la base de una mejor comprensión de los hallazgos fisiológicos y patológicos en estos sistemas.
El STIC Y todas sus modalidades son unos claros ejemplos de herramientas muy didácticas así como quita miedos para superar con éxito el reto diagnóstico de la ecocardiografía fetal. El desarrollo reciente de la ecografía 4D, que ha sido posible gracias a una mayor rapidez de los procesos informáticos, está permitiendo un estudio más adecuado del comportamiento fetal intrauterino.
Las posibilidades de la ecografía en Obstetricia y Ginecología aún no han terminado, solo hemos rozado la superficie de esta maravillosa tecnología y espero que su desarrollo sea mayor en el futuro.